TAMAULIPAS
PUEBLOS MÁGICOS
MIER
Población fundada con el nombre
de Mier, el 6 de marzo de 1753, bajo la advocación de la Purísima Concepción,
por José de Escandón, en el sitió llamado paso del Cántaro, con familias
procedentes de Camargo y Cerralvo. El mando político y militar se le confirió
al Cap. José Florencio Chapa.
En 1757, ya se habían agregado a
la población familias originarias del nuevo reino de León, “alenatados del
disfrute de las tierras que señalaron por términos a la nueva población, así
como de la libertad de derechos…” ascendiendo su vecindario a 39 familias con
274 personas. Las habitaciones se encontraban dispersas y estaban construidas
de lodo y piedra o de horcones embarrados, “… solo el capitán ha labrado una
casa de cal y canto, baja y con azotea”. La base económica de los habitantes
era la ganadería y venta de cebos , lana y pieles, de cuyas ganancias compraban
el “maíz que les falta”.
En 1770, la villa contaba con 65
habitantes y la misión de Mier congregaba a 101 indígenas llamados “garzas”
administrados por un religioso del Colegio Apostólico de Guadalupe, Zacatecas.
Entre 1780 y 1784, el teniente de las fuerzas milicianas coloniales y justicia
mayor de esta villa, Santiago Barrera, ordenó se iniciara la construcción del
templo.
En 1843, Toribio de la Torre dijo
que los indígenas de la misión de Mier “han sido utilísimos contra las
incursiones de los bárbaros que frecuentemente asolan la frontera”. El 26 de
diciembre de 1842, en esta villa fueron vencidas las fuerzas texanas bajo el
mando de Williams S. Ficher, que habían invadido la frontera de la villa.
En 1934 se le quita a Mier la
aduana fronteriza.
En 1950 se le segregó casi la
mitad de las tierras del Municipio para crear al de Miguel Alemán.
En 1952 el Municipio cede terreno
para los asentamientos humanos de “Nueva Ciudad Guerrero”.
TULA
DONDE NACIÓ LA CUERA TAMAULIPECA
Este poblado, ubicado en el
estado de Tamaulipas, se erige sobre un terreno que entremezcla el bosque y el
desierto, dando vida a paisajes sumamente contrastantes. Aunque es uno de los
destinos del programa de Pueblos Mágicos menos explorados, en su interior
alberga ricas tradiciones que dan fe de las antiguas civilizaciones que la
habitaron y de los movimientos revolucionarios que en su seno se desarrollaron.
Tula también es famoso por sus
elaboradas artesanías y exquisita gastronomía, pero sobre todo por ser el
creador de la conocida como cuera tamaulipeca, una emblemática prenda de vestir
de la región. En sus construcciones de adobe con balcones de hierro forjado podrás
reconocer el pasado y las costumbres de una ciudad que hace más de cien años
fuera la capital del estado y una de las más hermosas del noreste del país.
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